CONTADOR AMBIENTALISTA


salud y belleza

martes, 2 de febrero de 2010

CULTIVOS DE TRANSGÉNICOS


Consideraciones ambientales y en nutrición
Un transgénico es aquel organismo al cual se le ha incorporado un gen extraño pudiendo ser de otras taxas, obviamente muy distintos a ellos.
Éstos organismos han sido modificados para expresar un gen de interés sea en la industria agrícola, alimentaria, farmacéutica u otros que de manera natural y normal no podrían expresar. Es así como existen ahora maíz y soja resistentes a plagas y herbicidas, de igual manera algodón, arroz con varios nutrientes, salmones de rápido crecimiento y mayor peso, vacas con mayor producción de leche, entre otros.
Sin embargo, existe una discrepancia en lo que respecta al consumo de éstos alimentos, debido a que hasta ahora no se ha demostrado si el consumirlos produce alteraciones en la salud humana, o que sean la gran esperanza para salvar del hambre al mundo. Lo que sí es cierto, es que ya se han producido efectos en el ambiente, en lo que se conoce como erosión genética.
No se puede negar que la biotecnología es una práctica muy antigua, de la cual hemos obtenido alimentos y otros beneficios. Es la ciencia que utiliza organismos para obtener productos de interés. El yogurt por ejemplo, es un alimento que utiliza bacterias para la fermentación de la leche (fermentación láctica) y de ésta manera obtener éste importante alimento; la reproducción en grandes cantidades de microorganismos para obtención de sustancias importantes en la salud como antibióticos, hormonas, etc; reproducción en masa de bacterias en biorreactores para remediar suelos contaminados con hidrocarburos u otros contaminantes, son casos de importantes aportes de la biotecnología al mundo; sin embargo, el punto discordante es la manipulación genética de algunos organismos introduciendo el gen de otros que nunca constituyeron parte de nuestra dieta y quedando la incertidumbre de los efectos en nuestra salud, incluso de nuevas expresiones fenotípicas en el organismo transgénico.
En lo que respecta al mejoramiento genético de plantas, hay dos tipos: el mejoramiento genético convencional, que trata de adaptar cultivos realizando cruces de plantas domesticadas con sus parientes silvestres para que adquieran propiedades particulares y así obtener plantas mejoradas para los diversos tipos de climas e incluso con resistencia al ataque de plagas. Por otro lado está la modificación genética de los organismos, explicado anteriormente, con la inserción de genes específicos para efectos plaguicidas, herbicidas, entre otros.
El mejoramiento genético convencional es una práctica ancestral en el Perú, es por ello que nuestro país posee una gran variedad: 8 especies cultivadas de papas con aproximadamente 4500 cultivares nativos y casi 190 especies sivestres, 51 razas de maíz, entre otros, un trabajo que tomo a los antiguos peruanos cientos de años.
Pero el caso de la promoción de los alimentos transgénicos no viene solo. En realidad, no solamente es un dilema científico y social, también constituye un problema político, debido a los monopolios por la venta de semillas transgénicas en el mundo y los rigurosos contratos que los agricultores deben firmar para hacer uso de las mismas sin derecho alguno de guardar semillas de su producción, y aun accidentalmente haya sembrado transgénicos sin autorización, deberán llegar a acuerdos con la empresa que los produce para no terminar en mayores problemas legales.
Las prácticas más antiguas de mejoramiento de semillas radica en guardar los mejores ejemplares para resembrar, y ser proporcionados de semillas de los parientes o amigos de confianza quienes hayan tenido una buena cosecha. De ésta manera aseguraban (y aún se asegura) la mejora de sus cultivos y producción, práctica que se vería imposibilitada por la inserción de los transgénicos en un determinado lugar, como ya sucede en México.
Quienes defienden y promueven los alimentos transgénicos señalan una serie de beneficios entre los cuales se destaca los altos rendimientos, resistencia a herbicidas y plagas; como beneficios sociales destacan la gran oportunidad que significa para salvar del hambre al mundo. Así también, manifiestan que quienes se oponen, también lo hacen al desarrollo científico del país, que algunos alimentos orgánicos también causan afectos adversos a la salud, entre otros argumentos.
Sin embargo, quienes se oponen, simplemente están aplicando dos principios del derecho ambiental internacional que es el PRECAUTORIO, puesto que no se necesita la existencia real y tangible de un daño en el ambiente y salud humana, si no el simple hecho de la posibilidad de que exista. En más de 10 años de la introducción al mercado de los transgénicos, aseguran no haber tenido mayor efecto en la salud humana, ni enfermedades ni muertes; aunque el tiempo es aún mínimo para determinar finalmente y no habiendo mayores investigaciones científicas al respecto. Y también el principio de PREVENCION, que existiendo certeza de daños ambientales futuros, se podría aplicar medidas tendientes a minimizar o en el mejor de los casos evitar esos efectos. Existe evidencia de la erosión genética del maíz en México, siendo éste el país de origen de la gramínea, contaminándose así todo el material genético natural producido en siglos de adaptaciones y mejoramientos; riesgo que Perú, país de origen de la papa y también con diversidad propia de maíz y otros, correría al impulsarse una política de cultivo de estos OGMs.
Ya varios autores han manifestado que el simple hecho de enriquecer los nutrientes de alimentos con trangenes, no es suficiente para asegurar que es la gran arma de la lucha contra desnutrición y hambre mundial. Es aún más amplio el conjunto de factores por los cuales existe esta penosa realidad, como la falta de vías de acceso y aún el mismo rechazo a los alimentos transgénicod por parte de la sociedad.
Por otro lado, las iniciativas para evitar la entrada de OGMs, ya se vienen dando en el Perú como el proyecto de ley del Congreso de la República que declara al Perú país megadiverso, orgánico y territorio libre de transgénicos; proyecto que seguramente demorará mucho tiempo por los intereses divididos.
Algunos gobiernos regionales como Ayacucho, San Martín y Cuscos se han declarado región libre de transgénicos.
En Ica se ha dado una reciente iniciativa de la sociedad civil para imitar el buen modelo de las regiones anteriormente mencionadas, la cual se encuentra en una fase de recolección de firmas para hacer llegar la propuesta al gobierno regional iqueño y así impulsar los cultivos agroecológicos.
En última instancia, las personas tenemos la libertad de elegir lo que queremos consumir, lo que se ha pretendido con éste ensayo, es dar mayor información con sustento técnico de los pro y contras de una realidad polémica a nivel mundial, considerando enfáticamente la situación de un país como el Perú con alta biodiversidad que no sólo se traduce en especies y ecosistemas, sino también en genes; y en cuestión de nutrición, tenemos alimentos muy ricos que por ignorancia e incluso “complejos”, no se consumen, como el caso de kiwuicha, quinua, cañihua que merecen mayor impulso en la región andina. Productos naturales que debemos incorporar en la dieta diaria junto con muchos otros alimentos de origen vegetal y animal y por lo cual no necesitamos de la introducción de transgénicos para palear los índices de desnutrición en nuestro país.

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