CONTADOR AMBIENTALISTA


salud y belleza

miércoles, 9 de enero de 2013

INFOGRAFÍA AMBIENTAL

He aquí un enlace importante recomendado por mi buen amigo Ricardo Landazuri, para quienes guesten de infografía ambiental: http://ticsyformacion.com/category/medio-ambiente/page/22/

¿Qué es la crisis ecológica?

Por: Florent Marcellesi, coordinador de Ecopolítica y miembro de la Revista Ecología Política., 09/01/2013. http://florentmarcellesi.wordpress.com/2013/01/08/que-es-la-crisis-ecologica/ La ecología política basa su teoría y praxis en la reflexión y acción en la lucha contra la llamada “crisis ecológica” y en la propuesta de nuevos modelos de producción y consumo compatibles con los límites ecológicos del Planeta y la justicia y ética socio-ambiental. Pero ¿qué llamamos exactamente crisis ecológica? ¿En qué fenómenos concretos se manifiesta y qué relaciones guarda con el sistema socio-económico actual? La crisis ecológica es principalmente una crisis de escasez: escasez de materias primas, de energía, de tierras y de espacio ambiental para mantener el ritmo de la economía actual, y aún menos extenderlo a todos los países del Sur y dejarlo en herencia a las generaciones futuras. El modo de producción y de consumo impulsado por el Norte no tiene en cuenta los límites físicos del planeta, tal y como lo deja patente la huella ecológica: si todas las personas de este mundo consumieran como la ciudadanía española, necesitaríamos tres planetas. Mientras tanto, la humanidad ya supera en un 50% su capacidad de regenerar los recursos naturales que utilizamos y asimilar los residuos que desechamos (WWF, 2012). Por su parte, el alcance de la dominación humana y de la amplitud de la crisis ambiental que provoca, queda claro por lo menos a través de los seis fenómenos siguientes (Vitousek y sus colaboradores (en Riechmann, 2008)): 1. Entre la mitad y una tercera parte de la superficie terrestre ha sido ya transformada por la acción humana. 2.La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera se ha incrementado más de un 30% desde el comienzo de la revolución industrial. 3.La acción humana fija más nitrógeno atmosférico que la combinación de las fuentes terrestres naturales. 4.La humanidad utiliza más de la mitad de toda el agua dulce accesible en la superficie del planeta. 5.Aproximadamente una cuarta parte de las especies de aves del planeta ha sido extinguida por la acción humana. 6.Las dos terceras partes de las principales pesquerías marinas se hallan sobreexplotadas o agotadas. En este contexto, según Lipietz (2012), incluso podemos hablar hoy de una “segunda” crisis ecológica mundial, después de una primera que sitúa durante la Gran Peste del siglo XIV. Al igual que la Gran Peste, la crisis ecológica actual tiene como origen un conflicto entre la Humanidad y la Naturaleza, a través de la relativa escasez de producción alimentaria y los peligros de su propio sistema energético para la población humana. Además, se transmite por los canales de la globalización económica y golpea civilizaciones muy diferentes aunque lo suficientemente parecidas como para poder producir y padecer efectos semejantes. Sin embargo, según el teórico francés, la crisis ecológica actual se diferencia profundamente de la crisis “exógena” de la Gran Peste (un microbio desconocido y devastador que ataca a sociedades debilitadas por un cambio climático de origen no antropogénico y la baja productividad agrícola) por ser el resultado de la dinámica social e histórica del propio modelo de desarrollo: el propio liberal-productivismo ha generado la tensión actual entre Humanidad y Naturaleza. De tal forma que la “segunda” crisis ecológica, esta vez “endógena”, se podría resumir de la forma siguiente: [Es] la conjunción de dos nudos de crisis ecológicas, internas a la dinámica del modelo liberal-productivista: el “triángulo de las crisis energéticas” y el “cuadrado de los conflictos para el uso del suelo”, ellos mismos articulados sobre la crisis financiera, económica y social del modelo capitalista neoliberal que triunfa a nivel mundial desde principios de los años 1980. Este modelo liberal pesa mucho sobre la evolución de los dos nudos de las crisis ecológicas: incluso podemos decir que las engendra (Lipietz, 2012). A continuación, estudiaremos más en profundidad estos dos nudos centrales de la crisis ecológica para entender mejor los retos a los que se enfrenta la Humanidad si quiere elegir la vía de la esperanza. El triángulo de las crisis energéticas Los principales riesgos relacionados a la crisis energética se centran en torno a tres vértices: energía fósil (carbón, petróleo, gas), energía nuclear y energía proveniente de la biomasa (leña, agrocombustibles). Como primer vértice del triángulo, encontramos los riesgos vinculados a las energías fósiles, que a su vez se dividen en dos vertientes: la capacidad de regeneración de estas energías (no renovables a escala humana) y la capacidad de asimilación de los residuos vinculados a su utilización. Asimismo, la humanidad se enfrenta al techo de los combustibles fósiles, que corresponde al punto de inflexión a partir del cual la extracción de una unidad de energía fósil por unidad de tiempo ya no puede incrementarse, por grande que sea la demanda. Coincide con el momento en que la extracción acumulada llega a la mitad de la cantidad total recuperable, y los esfuerzos humanos, técnicos y financieros pueden disminuir la tasa de declive, pero no invertir la tendencia a la baja de la extracción. Al mismo tiempo, la creciente incapacidad de ofertar más energía fósil se topa con una demanda en constante aumento, principalmente en los países llamados emergentes como China o la India, y con la especulación (Bermejo, 2008), lo que dispara el precio de la energía (y de otras materias primas).(2) En concreto, esta tensión entre oferta (que depende de factores ecológicos y económicos) y demanda (que depende del modo de vida) al alza es paradgimática y altamente peligrosa para el modelo social y productivo actual. Esto es especialmente cierto en el caso del petróleo, puesto que la globalización económica se basa en un petróleo barato, abundante y de buena calidad. El despliegue del modelo de producción y consumo de masa y sus instituciones asociadas necesitan energía fósil al igual que el cuerpo humano necesita sangre. Por ejemplo: el complejo agroindustrial, basado en la maquinaria motorizada, la producción y consumo de abonos y fertilizantes, altos niveles de bombeo de agua, la manipulación industrial, la explotación intensiva de los suelos, la comercialización globalizada y el transporte de larga distancia hacia el lugar de consumo, nos da una buena idea de esta dependencia.(3) Sin embargo al haber alcanzado el techo del petróleo (peak oil en inglés), esta era ha terminado: estamos entrando en la era del petróleo caro, escaso y de mala calidad.(4) Esta nueva situación tiene repercusiones directas sobre el conjunto de la economía y sobre nuestros modelos de vida diarios. De hecho, la crisis financiera de 2008, que hoy ha desencadenado una ola de recesiones y planes de ajuste brutales, pone de relieve una relación directa entre crisis ecológicas y económicas. En este sentido, el economista estadounidense Jeremy Rifkin recuerda que la crisis de las subprimes, es decir el impago de las hipotecas en Estados Unidos que luego se propagó a nivel mundial a través de los activos tóxicos, comenzó cuando el barril de petróleo en el verano 2008 alcanzó los 150 dólares y no en octubre cuando estalló la burbuja a la luz pública. Ese aumento de los precios hizo que subiera el precio de la gasolina y que en Estados Unidos mucha gente, principalmente las más empobrecidas e insolventes cuyo presupuesto familiar tiene dos partidas básicas en torno a la vivienda y al transporte, dejara de pagar la hipoteca (las subprimes) para mantener la tenencia de su coche privado (imprescindible en un sistema basado en su uso intensivo, por ejemplo para ir al trabajo y a su vez generar las rentas necesarias para sobrevivir). Por otro lado, apuntemos que para superar el techo de producción de los combustibles fósiles, existe una nueva frontera extractiva: la extracción del gas de pizarra a través del método llamado fracking o fracturación hidraúlica. Si bien el fracking ha permitido bajar el precio a corto y medio plazo del gas, es un nuevo espejismo altamente peligroso para el medio ambiente, el clima y la salud humana y que no afronta el mayor reto de la civilización industrial: rebajar el consumo energético dentro de los límites ecológicos del Planeta (para un análisis detallado del fracking, véase Marcellesi y Urresti, 2012). En cuanto a los efectos del modelo energético sobre el cambio climático, hoy principal preocupación ambiental en las agendas políticas, existen claras evidencias de que crisis energética y crisis climática no son más que dos caras de la misma moneda. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (GIECC), “la principal causa del crecimiento de la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera desde la época preindustrial es el uso de combustibles fósiles” (2007, p2), que hoy se estima en torno a 75% (el resto se debe a la deforestación y al cambio de uso de suelos). A pesar de mejoras tecnológicas por unidad producida,(5) el crecimiento demográfico y el actual modelo socioeconómico (basado en la acumulación material) provocan una presión insostenible sobre los ecosistemas. En este contexto, las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero sobrepasan la capacidad de autorregulación y asimilación por parte de los sumideros naturales (océanos, atmósfera), lo que está conduciendo a una situación peligrosa de no retorno. Para evitar tal caso que llevaría a sufrir cambios irreversibles e impredecibles, el GIECC recomienda que no haya aumento de más de 2 grados centígrados en 2100 en comparación con los niveles preindustriales, mientras que la muy institucional Agencia Internacional de la Energía pone 2017 como fecha límite para acotar el incremento de temperaturas. En caso contrario, ya sea el IPCC (2007) o el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (2007) advierten de las mismas consecuencias ambientales y sociales. El cambio climático supondrá —y de hecho, ya supone— efectos en la agricultura y silvicultura (cambio de rendimientos según zonas frías o cálidas, aumento de plagas e insectos, etc.), en los recursos hídricos (extensión de las zonas afectadas por la sequía, empeoramiento de la calidad del agua, etc.), en la salud humana (tales como la mortalidad relacionada con el calor en Europa, aumento de enfermedades infecciosas, etc) o en la industria, asentamientos humanos y sociedad (disminución de la la calidad de vida de las personas en áreas cálidas sin vivienda apropiada) así como una mayor exposición a inundaciones costeras, unas condiciones climáticas extremas y un posible colapso de los ecosistemas. Como segundo vértice del triángulo, encontramos la energía nuclear que tras la catástrofe de Fukushima —decenas de miles de personas evacuadas fuera del perímetro de seguridad, contaminación radiactiva hasta en Tokio, escándalos políticos y técnicos en torno a la gestión y a la seguridad de las centrales nucleares japonesas y del accidente post-tsunami,(6) etc.— vuelve a apuntar sus altas deficiencias y riesgos para representar cualquier tipo de solución al cambio climático. Resumiendo los principales problemas (Marcellesi, 2011a): 1.El riesgo de accidente, en este caso de probabilidad baja pero de magnitud alta, es más que nunca presente y real. 2.Seguimos sin tener ninguna solución real a la gestión de los residuos radiactivos. 3.La energía nuclear crea una fuerte dependencia con el exterior ya que el uranio, cuyas reservas son finitas, se compra a países fuera de Europa y cuya inestabilidad política no asegura un suministro seguro (el Chad, por ejemplo). 4.Existe un riesgo de proliferación de la energía nuclear para fines militares (reforzado por la amenaza de uso terrorista de los residuos o de las centrales nucleares como posibles dianas de ataque). 5.No es una alternativa para evitar sustancialmente emisiones de gases de efecto invernadero: si se tiene en cuenta el ciclo de vida global de la energía nuclear (extracción del uranio, suministro a Europa, construcción y desmantelamiento de las centrales, gestión de los residuos…), ésta produce más CO2 que las energías renovables.(7) 6.Es una fuente de electricidad, por tanto no sustituye nuestra dependencia de los combustibles fósiles. 7.Los puestos de trabajo por unidades energéticas están por debajo de las creadas por las energías renovables. (8) El último vértice del triángulo lo ocupa la biomasa, cuyo uso energético es el más antiguo desde que el Homo Erectus domesticara el fuego, el más constante para una gran mayoría de la humanidad (la leña sigue siendo el principal combustible utilizado) y, seguramente, uno de los más prometedores de cara al futuro. Pero la biomasa también tiene riesgos asociados que analizaremos en el siguiente subapartado, puesto que se articula directamente con el uso de las tierras, principalmente con el auge de los agrocombustibles. El cuadrado del conflicto del uso de las tierras Los anglosajones suelen decir que hacemos cuatro usos principales de la tierra, que pueden resultar excluyentes: Food, Feed, Forest, Fuel (las 4 Fs). Dicho en castellano, estamos hablando respectivamente de usos para 1. la alimentación humana, 2. la alimentación del ganado (natural —campos de pasto— o artificial —soja que se combina con maíz para las vacas europeas—), 3. los bosques (como sumidero o reserva de biosfera) y 4. la producción de biomasa (agrocombustibles, leña, etc.). En este marco de análisis, intervienen dos factores cruciales: la dieta crecientemente carnívora de los países del Norte y emergentes, y la introducción cada vez más sistémica de agrocombustibles. Como lo relata Lipietz (2012), la polarización de los ingresos a nivel mundial provoca una transformación de la dieta humana que pasa de una dieta a base de proteínas vegetales con un poquito de carne (“el menú hindú o el menú chino”), a una dieta a base de carne (el “menú europeo o norte americano”). Sin embargo, las proteínas animales (feed) necesitan para su producción de 7 a 15 veces más hectáreas que las proteínas vegetales (food). Por tanto, esto representa un problema grave dado el aumento contante de la población con dieta carnívora (por ejemplo, en India y China el 10% de la población se alimenta con el mismo tipo de comida que en Europa y en Norte América). Por su parte, los agrocombustibles (fuel), que técnicamente son energías renovables obtenidas a partir de la biomasa, son la respuesta oficial a la crisis de los combustibles fósiles y del techo del petróleo. De hecho, en sociedades no dispuestas a ‘negociar su modo de vida’, los agrocombustibles despiertan un gran interés y cuentan con un fuerte impulso político,(9) lo cual, junto a otros factores, provoca tensiones en los precios de la comida en el mercado mundial.(10) En este contexto, Jean Ziegler, el relator especial de la ONU para el derecho a la alimentación, llegó a postular en 2007 que la producción masiva de biocombustibles «es un crimen contra la humanidad». Si bien los agrocombustibles juegan un papel central en las crisis alimentarias actuales, hay que añadir también otros factores sociales y ecológicos: la escalada de precios de la energía, las malas cosechas en los países productores de trigo como Australia, Rusia o Ucrania debidas al cambio climático, los modelos productivos globalizados que apuestan por economías de la exportación en detrimento de la soberanía alimentaria y que denigran la producción autóctona para abastecer a los mercados locales provocando dependencia de los mercados exteriores sobre todo para la importación de productos básicos, el mal reparto de la producción agrícola local o importada, así como movimientos especulativos a nivel mundial. Al igual que los fuertes cambios de régimen político en Europa en 1848 tienen como origen revueltas de la hambruna, Lagi et al (2011) muestran que existe una fuerte correlación entre el alza de los precios de los alimentos —debido a la combinación de los factores arriba mencionados— y las revueltas del hambre de estos últimos años en el mundo que, recordemos, han dado fin en pocos meses a gobiernos autoritarios —como los de Túnez y Egipto— que nadie veía posible derrocar. En conclusión de este apartado, es interesante —y sobre todo preocupante— constatar que, además de lo que teorizaba gran parte del movimiento ecologista en sus inicios, esta crisis ecológica no solo compromete de manera decisiva a las generaciones futuras sino que nos afecta ahora directamente a las generaciones presentes. No solo se trata de una crisis de abundancia de una generación privilegiada (“pan para hoy, hambre para mañana”), sino también de una crisis de escasez que ya se está manifestando en el día a día de gran parte de la población mundial (el hambre ya es para hoy). Asimismo, pone de relieve que las llamadas crisis financieras, especulativas o alimentarias están vinculada a crisis subyacentes e interdependientes: no solo la de la economía real (o economía productiva) sino también la de la “economía real-real”, es decir la de los flujos de materias y energía que depende por una parte de factores económicos y por otra parte de los límites ecológicos del planeta.

domingo, 6 de enero de 2013

ÁREAS NATURALES PROTEGIDAS: CONSERVACIÓN EN LA REGIÓN ICA

La región Ica, ubicada en Perú, tiene características muy particulares. Su territorio tiene diversos ecosistemas y formaciones resaltando el mar frío, desierto, bosques ribereños, lomas costeras, puna, pastos andinos, humedales, entre otros. Todos ellos abergan una diversificada flora y fauna con adaptaciones singulares y otras de un rango amplio que forman parte de los corredores biológicos. Las actividades humanas ejercen presión sobre distintos recursos de la biodiversidad iqueña com es el caso del "camarón de río", muy apreciado por su sabor en potajes regionales y con una valoración económica alta en el mercado; diferentes "peces" de mucha demanda por la población y por la industria pesquera, "macroalgas" marinas aprovechadas por la industria(cosmética, alimentos, fármacos, etc.), el "huarango", árbol emblemático de la región que viene siendo depredado por sus muy buenas popiedades como combustible, entre otras especies que sumados y en cuya disminución y desaparición alteran toda la cadena trófica, impactando así negeativamente en los diversos ecosistemas pues los guanacos (en vía de extinción en el Perú), no tendrían alimento, los lobos marinos y pinguinos de Humboldt no tendrían peces que comer, y muriendo éstos los cóndores que llegan al mar no tendrían la carroña para alimentarse, y así nos pasaríamos escribiendo sobre distintas alteraciones que no haría posible la supervivencia no sólo de la flora y fauna iqueña, si no también de la vida humana ya que dependemos de nuestra biodiversidad para asegurar la calidad ambiental y la provisión de alimento para el futuro. Una de as herramientas de protección de a biodiversidad más aceptadas y por excelencia, son las ÁREAS NATURALES PROTEGIDAS (ANP), en ellas se conserva la biodiversidad representativa de la regiones y del país. Y cuando hablamos de conservación, no sólo implica la protección, también implica el aprovechamiento racional, sostenible, de tal manera que aseguramos que las futuras generaciones logren también aprovechar esta herencia que empezamos a manejar hoy. Hoy en día, Ica cuenta con cuatro ANPs, dos de las cuales son de caracter marino costeras y a su vez las únicas con esas características a nivel nacional (Paracas y San Fernando). La primera ANP es la Reserva Nacional de Paracas, declarada como tal el 25 de septiembre del año 1975, con una extensión de 217.594 hectáreas, famosa a nivel mundial por la alta biodiversidad marina con especies propias del mar peruano. La Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras es un área protegida del estado peruano creada el 31 de diciembre del 2009, que comprende 22 islas, islotes y grupos de islas además de 11 puntas a lo largo de la costa peruana desde Piura hasta Moquegua. Tiene una extención de 140.883,47 ha. Ica aporta con las Islas Chincha, Islas Ballestas, Punta Lomitas y Punta San Juan. La Reserva Nacional San Fernando, creada el 8 de Julio del 2011, cuenta con una superficie total de ciento 154,716.37 ha.es la segunda área natural protegida (después de la Reserva Nacional de Paracas) que protege áreas marítimas, consolidando la conservación de especies marinas, además de elemenos de flora y fauna de lomas costeras y de los bosques ribereños al proteger parte de las cuencas bajas de los ríos Ica y Grande. La Zona Reservada Laguna de Huacachina, protegida desde el 9 de Junio del 2012, recibe esta categoría transitoria hasta que el comité de categorización decida la categoría definitiva de ésta área. Aquí se conserva la belleza paisajística incuyendo el oasis y el desierto de dunas, y los elementos de flora y fauna de la zona. Hay otras zonas de interés para la conservación, es el caso en la zona alta de Chincha, en San Pedro de Huacarpana, para proteger una importante población de vicuñas, el humedal de Caucato y la Laguna de Morón ambas en Pisco, los bosques ribereños de Los Molinos, la quebrada Cansas, entre otros y de los cuales existen ya iniciativas para consolidar algun estatus de protección. Un adecuado manejo de estas áreas para el aprovechamiento directo de las comunidades y el aprovechamiento turístico, es clave para asegurar el desarrollo sostenible de una región tan particular como es Ica.

lunes, 6 de agosto de 2012

Los secretos para tener éxito de las especies invasoras

Las especies invasoras que consiguen colonizar con éxito un nuevo territorio dedican más tiempo a conocer el nuevo entorno y son capaces de adaptar su comportamiento a las nuevas condiciones. Se ha demostrado que el proceso de invasión no depende tanto como se creía de que la especie tenga una gran capacidad reproductiva. Las buenas invasoras reparten los eventos reproductivos en varios intentos poco productivos. Un estudio liderado por científicos del CREAF, del CSIC y de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha descifrado las características del ciclo vital de las especies animales que se convierten en especies invasoras de éxito. El estudio, publicado en el último número de Science, demuestra por primera vez que el proceso de invasión no depende tanto como se creía de la capacidad reproductiva de la especie, sino que, en la mayoría de los casos, influyen más características relacionadas con el estilo de vida y el comportamiento de la especie en el nuevo hábitat. Tal y como afirma Daniel Sol, el primer autor del artículo e investigador del CREAF: "La capacidad de exploración del nuevo territorio, el reparto de episodios reproductivos, el tamaño de las nidadas o el talento para ajustar el comportamiento a las nuevas condiciones del entorno, son factores determinantes que asegurarán el éxito de una especie invasora”. El estudio aborda esta cuestión analizando todos estos factores en especies de aves invasoras. Para ello, se recopiló información histórica de introducciones deliberadas o accidentales de aves en diferentes regiones del planeta. De las 2.760 introducciones de especies analizadas, un 47% se habían establecido con éxito. Las aves son un buen modelo para estudiar las invasiones biológicas, dado que se han introducido muchas especies en todo el mundo, muchas de las cuales se han convertido en invasoras. Esto hace que dispongamos de información de buena calidad tanto sobre las circunstancias de las introducciones y su resultado actual, como sobre las características biológicas y ecológicas de las especies introducidas. Asimismo, los pájaros invasores son también responsables de una variedad de impactos ecológicos y económicos muy importantes. Conocer el nuevo entorno, ajustar el comportamiento y repartir los episodios reproductivos son las claves para ser un buen invasor En la mayoría de estas introducciones analizadas a través de modelos estadísticos, se han comprobado unos patrones similares: las especies exóticas que se establecían con éxito no tenían una tasa de reproducción muy elevada, sino que repartían los eventos de reproducción en más intentos en lugar de apostar por pocos intentos muy productivos. Como afirma el Dr. Sol, "Si una invasora que llega a un nuevo territorio se dedica a explorar, y deja para más adelante la reproducción, en un cierto tiempo habrá localizado las principales fuentes de recursos (agua y comida), los enemigos más habituales y los demás peligros del entorno. Toda esta información del ambiente le permitirá ajustar su comportamiento, mejorar el rendimiento de explotación de los recursos y evitar a los enemigos. En definitiva, le proporcionará una mayor esperanza de vida y le permitirá decidir cuál es el mejor momento para tener descendencia. Así, aunque esté retrasando el hecho de dejar descendencia, cuando ésta llegue, tendrá muchas más garantías de supervivencia”. Una gran capacidad de reproducción no asegura el éxito de invasión Hasta ahora, la hipótesis más generalizada afirmaba que las invasoras de mayor éxito se reproducían rápidamente y en grandes cantidades una vez llegaban al nuevo ambiente. Se creía que al aumentar el número inicial de individuos, la especie tenía más posibilidades de escapar de los peligros que amenazan las poblaciones pequeñas y de poder desarrollar así una población persistente. Sin embargo, este artículo demuestra que, aunque el crecimiento demográfico rápido puede ser ventajoso en determinadas circunstancias, de forma general las invasoras de éxito se caracterizan por tener un ciclo vital en el que el tiempo para reproducirse es flexible. De hecho, los autores demuestran que reproducirse muy rápido puede ser a priori favorable, pero que esta capacidad en seguida se ve contrarrestada. Una especie que sólo se reproduce es muy vulnerable porque no puede dedicar tiempo a conocer el nuevo entorno y buscar estrategias para adaptarse a las nuevas amenazas. Así pues, el estudio no invalida esta hipótesis sino que sugiere que el hecho de aumentar la población de forma muy rápida sólo es ventajoso cuando la población inicial es muy pequeña y cuando los nuevos ambientes no son muy peligrosos. "Una capacidad de reproducción elevada puede ser ventajosa para los organismos que tienen menos aptitudes que las aves para explorar el medio ambiente y para desarrollar respuestas de comportamiento a los nuevos retos", concreta el Dr.Sol. Es muy útil poder predecir el éxito de las especies invasoras Se ha demostrado que la erradicación y el control de las especies invasoras, una vez establecidas, es extremadamente costoso. Por lo tanto, la mejor solución es la prevención de las invasiones. En este sentido, lograr predecir qué especies tienen un riesgo potencial de ser invasoras de éxito y distinguirlas de las especies que pueden ser más inocuas sería muy útil para desarrollar políticas de importación y venta de especies exóticas, así como para diseñar sistemas de detección y erradicación temprana de las especies particularmente problemáticas. ECOticias

lunes, 2 de julio de 2012

Científicos critican falta de urgencia en acuerdo Río+20

SCIDEV. Aisling Irwin. 25 junio 2012 [RIO DE JANEIRO] La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (Río+20) culminó el pasado viernes (22 de junio) con un acuerdo internacional sobre la necesidad de que todos los países se comprometan a lograr un desarrollo sostenible. El acuerdo inmediatamente fue atacado desde diversas orillas por su falta de detalle sobre cómo lograrlo, y la ausencia de compromisos financieros por parte del mundo desarrollado. Los críticos de las comunidades científicas y técnicas también señalaron que carece de un adecuado reconocimiento sobre la importancia de la ciencia para alcanzar el desarrollo sostenible, y de detalles sobre los mecanismos para facilitar la transferencia de tecnología requerida para hacerlo posible. Sin embargo, el acuerdo podría conducir a una interrelación más sólida entre ciencia y política. Y las promesas voluntarias anunciadas al margen de los procedimientos formales de la conferencia, podrían, si se concretan, impulsar significativamente las tecnologías sostenibles en el mundo en desarrollo. Algunos de los 188 jefes de estado y gobiernos, así como ministros, se reunieron durante tres días (20 a 22 de junio) en Río+20, Brasil, para aprobar el documento final de 53 páginas, El futuro que queremos. Esta Cumbre fue diferente en importantes aspectos de su predecesora, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Ambiente y Desarrollo o Cumbre de la Tierra, realizada en 1992 también en Río de Janeiro. El resultado de la reunión anterior fue una amplia declaración de intenciones, sin personalidad jurídica, y de la que nunca se esperó oficialmente que incluyera compromisos de nuevos financiamientos. En cambio, la meta de Río+20 era abordar formas de implementar la agenda de desarrollo sostenible acordada en 1992 pero que sigue sin cumplirse en gran parte, así como afrontar temas ambientales, sociales y económicos que han surgido desde entonces. En diversos temas, el documento dejó desconcertadas a las comunidades científicas y de ingeniería. Por ejemplo, los científicos esperaban que el texto expresara la urgencia, basada en la experiencia acumulada, de que muchos de los sistemas del planeta están ahora bajo una peligrosa presión que amenaza el número de peces y las cadenas terrestres de alimentos. Pero resultó imposible conciliar este aspecto en una declaración, ni su apoyo implícito para limitar el crecimiento económico, con el objetivo principal, a saber cómo sacar a más de mil millones de personas de la pobreza extrema, una tarea para la cual muchos dicen que el crecimiento económico sigue siendo esencial. En consecuencia, el resultado probablemente sea “el desarrollo sostenible como de costumbre” en vez de una acción en la escala que la evidencia científica exige ahora, dijo Gisbert Glaser, asesor principal del Consejo Internacional de Ciencia (ICSU por sus siglas en inglés). Las comunidades de investigación también se quejaron de que no se le haya dado a la ciencia la misma importancia como componente sustancial de las soluciones de desarrollo sostenible como sí se hizo en los documentos generados en la cumbre de 1992. Específicamente, ninguna sección del documento final incluye la palabra “ciencia” como título. “Simplemente, no entendemos por qué el documento no tiene una sección sobre ciencia. Esta carencia envía un muy desafortunado mensaje a la comunidad científica global y a sus patrocinadores”, dijo Steven Wilson, director ejecutivo de ICSU. Sin embargo, el acuerdo proporciona una serie de posibilidades que permiten una mejor integración de la ciencia en las decisiones políticas. En particular, las naciones “invitan” a la Asamblea General de la ONU a “actualizar” y “fortalecer” el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) con sede en Nairobi, proceso que probablemente otorgue al programa un financiamiento más seguro y composición universal. Actualmente, el PNUMA depende básicamente de las contribuciones voluntarias y de un consejo de gobierno compuesto por 58 estados miembros de la ONU. Los cambios en el PNUMA incluirán una relación más fuerte entre ciencia y política para mejorar la toma de decisiones basada en evidencias. El PNUMA también difundirá información ambiental basada en evidencias, desarrollará capacidades en los países, y apoyará y facilitará el acceso a tecnologías sostenibles. La reunión también decidió reemplazar la Comisión de Desarrollo Sostenible (CDS por sus siglas en inglés) —entidad establecida en 1992 para asegurar el seguimiento efectivo de la primera Cumbre de la Tierra— por un ‘foro de alto nivel político’, que tendrá mayores competencias para garantizar el cumplimiento de los compromisos de desarrollo sostenible. El futuro que queremos señala que el nuevo foro “podría” fortalecer la relación ciencia/política “a través de la revisión de la documentación que reúna la información y las evaluaciones dispersas... bajo la forma de un informe de desarrollo global sostenible”. Y las naciones acordaron iniciar un proceso para la creación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en los que la comunidad científica estará “plenamente involucrada”. Las constantes referencias del documento a la necesidad de crear capacidades científicas en los países en desarrollo presionará a los gobiernos, donantes de la ciencia y organizaciones de las Naciones Unidas a hacer más al respecto, afirmó Glaser. Sin embargo, varias referencias en el documento sobre la importancia de la tecnología para ayudar a los países en desarrollo a satisfacer sus necesidades económicas, sociales y ambientales han recibido críticas en dos frentes. En términos generales, de acuerdo a varias ONG, esas referencias dan la impresión de que muchos problemas de sostenibilidad pueden resolverse con “soluciones tecnológicas”. En contraste —y sin que el documento lo mencione— el pensamiento reciente sobre el cambio global dentro de las comunidades de investigación las ha conducido a replantearse sus programas como empresas multidisciplinarias más adecuadas para enfrentar los complejos problemas inherentes a la consecución de una economía verde. “Es bueno apoyar el lenguaje sobre tecnología (en el texto final), nosotros lo apoyamos totalmente”, señaló Glaser. “Sin embargo, también necesitamos nuevos conocimientos de la economía verde, por ejemplo (lo que viene de) las ciencias sociales, ciencias de la conducta y del conocimiento de los patrones de consumo. Y no hay nada en el texto final que diga que necesitamos ese nuevo conocimiento”, añadió. Una segunda crítica es que no hubo acuerdo sobre las formas de entregar la transferencia de tecnología a través de mecanismos no comerciales (un fondo internacional, por ejemplo). Este sentimiento fue expresado de manera particularmente fuerte por el Grupo de los 77 (una coalición de países en desarrollo diseñada para promover los intereses económicos colectivos de sus miembros ante las Naciones Unidas). Sobre este tema, el texto simplemente pide a la ONU identificar los posibles pasos para mejorar el acceso de los países en desarrollo a las tecnologías limpias, y formula recomendaciones a su 67º Asamblea General, que se realizará en setiembre de este año. El texto ha “pasado por alto” temas fundamentales para los países en desarrollo, como el financiamiento de la transferencia tecnológica, precisó Quamrul Chowdhury, principal negociador del Grupo de los 77+China. En una nota más prometedora, desde el primer momento de las negociaciones, el secretario general de Río+20, Sha Zukang, pidió a los gobiernos, bancos de desarrollo, sector empresarial y grupos de la sociedad civil registrar voluntariamente sus compromisos como una forma de eludir los retos de los acuerdos multilaterales. Para el viernes por la noche, el “compendio de compromisos” contaba con 692 promesas, con un estimado de US$513 mil millones movilizados a partir de los 13 compromisos principales. Parte de este dinero será usado para financiar el uso de tecnologías más sostenibles, incluyendo un gran compromiso de un consorcio de bancos de desarrollo para financiar el transporte sostenible. ‘Energía Sostenible para Todos’, un proyecto lanzado por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que aspira a lograr, para 2030, metas en el acceso y eficiencia de la energía y en energías renovables, recibió compromisos por valor de más de US$50 mil millones de parte de empresarios e inversionistas. La ONU anunció que más de 50 gobiernos de África, Asia, América Latina y de los pequeños estados insulares en desarrollo están llevando a cabo planes y programas de energía. Al comentar los resultados globales de Río+20, Helena Nader, presidenta de la Asociación Brasileña para el Progreso de la Ciencia, dijo que estaba desilusionada con el documento final. “Es débil —carece de enfoque— y tiene importantes lagunas”, precisó Nader, y añadió que no reflejaba de manera adecuada la gran cantidad de trabajo que se realizó para producirlo. “Es un paso atrás. La ciencia casi no existe a lo largo del documento”, subrayó. Achim Steiner, director ejecutivo del PNUMA, admitió que varios científicos verán el documento final como un fracaso en su intento por “(cambiar) nuestra trayectoria en los años venideros”. Sin embargo, añadió, el documento guarda “una riqueza oculta que nos permitirá seguir adelante en muchas actividades”.

martes, 13 de diciembre de 2011

MOLÉCULA Y HALLAZGO DEL AÑO


Diciembre es el mes que trae consigo amor, paz y esperanzas de un mundo mejor, es el mes de las expectativas. Todos los años nos preguntamos: ¿quién será el Hombre del Año o la Mujer del Año? ¿Cuál es la Mejor Película?, etc. Es decir, la prisa con la que vivimos nos hace inclinarnos, muchas veces, a describir personalidades, artistas, eventos, en lugar de analizar los problemas, quedando así relegada a un segundo plano la búsqueda del progreso.

Muy pocas personas conocen sobre la existencia de nominaciones a “Molécula del Año”, tampoco se conoce que desde 1989 la prestigiosa revista ”Science” ha escogido la ganadora y que, a partir del año 2002, el galardón de la “Molécula del Año” es otorgada por la “International Society for Molecular and Cell Biology and Biotechnology Protocols and Researches” (ISMCBBPR).

La “Molécula del Año” simboliza un descubrimiento o una técnica que puede involucrar a muchas moléculas, pero el premio implica escoger una que tenga la posibilidad de tener una gran influencia en la historia. Además, representa un símbolo que hace honor al proceso del progreso de la humanidad en lugar de a una personalidad. La mayoría de los descubrimientos, en las distintas ramas del saber, son el resultado de las acciones de muchos individuos, uno de los cuales puede contribuir más que otros.

AÑO MOLÉCULA DEL AÑO
1989 PCR y DNA Polimerasa.
1990 Diamantes sintéticos.
1991 Nanotubo de carbono.
1992 Óxido nítrico.
1993 Gen p-53.
1994 Enzimas reparadoras del ADN.
1995 Condensado de Bose-Einstein.

En 1996 la Revista “Science” decidió cambiar el nombre de “Molécula del Año” por el de “Hallazgo del Año”, donde se seleccionan los 10 grandes descubrimientos científicos de cada año. Los nuevos conocimientos que se traducen en general en calidad de vida, se pueden usar para bien o para mal, puede destruirse de manera justa o injusta, pero el desafío de los científicos es la generación de nuevos conocimientos. El deber de la sociedad es usar los descubrimientos para el bien de todos.

AÑO HALLAZGO CIENTÍFICO DEL AÑO otogado por “Science”
1996 Estudio Completo del HIV.
1997 Oveja Dolly.
1998 Materia oscura (aceleración del Universo).
1999 Células Madres.
2000 Secuenciación del Genoma Humano.
2001 Nanocircuitos.

A partir del año 2002 se designan tanto la “Molécula del Año” como el “Hallazgo Científico del Año”. Este premio es ampliamente conocido y es una de las distinciones más reconocidas en ciencias. El siguiente cuadro resume las moléculas ganadoras y el primer lugar del hallazgo de cada año.

AÑO MOLÉCULA DEL AÑO(ISMCBBPR)
2002 Ácido all-trans retinoico.
2003 Vacuna para el Virus Ebola.
2004 Ribósido-ácido imidazol acético.
2005 4E10.
2006 hsa-mir-155 y hsa-let-7a-2.
2007 PKD2L1.
2008 Anti-SAG 421-433 catalítico IgA.
2009 Transposones (Bella Durmiente)
2010 FOXM1

HALLAZGO CIENTÍFICO DEL AÑO (Science)

2002 Variantes del ARN.
2003 Energía oscura.
2004 Aterrizaje en Marte de un robot.
2005 La Evolución en Acción.
2006 Solución de la Teoría de Poincaré.
2007 Variación en los Genes Humanos.
2008 Reprogramación Celular.
2009 Ardipithecus ramidus.
2010 Máquina Cuántica.



Tomado de: Agenda Química Virtual N° 50. Lisveth FLores PhD. UNALM.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Los países industrializados comienzan la Cumbre del Clima bloqueando el acuerdo


La federación internacional llama a los gobiernos a frenar a los países que quieren debilitar el marco multilateral de las negociaciones y evitar las reducciones legalmente vinculantes de gases de efecto invernadero para salvar el clima. Japón, Estados Unidos y Canadá están presionando para liquidar el Protocolo de Kyoto y reemplazarlo por un modelo débil basado en promesas.

El Protocolo de Kyoto es la parte más delicada en las negociaciones de Durban. En 2012 dejará de estar vigente y es necesario alcanzar un acuerdo que cubra el segundo periodo de compromiso del Protocolo. Pero también hay que solucionar una serie de cuestiones como los vacíos legales de Kyoto, o los objetivos de mitigación muy por debajo de las necesidades actuales.

Los países que rechazan formar parte de este acuerdo, no contemplan además alcanzar un pacto jurídicamente vinculante antes de 2020. "Si este acuerdo llega tan tarde, nos dirigimos hacia las consecuencias más graves del cambio climático. El no disponer de un acuerdo multilateral internacional significa que los países más contaminantes seguirán calentando el planeta", señaló Alejandro González, responsable del área de Cambio Climático y Energía de Amigos de la Tierra.

Por su parte Nnimmo Bassey, presidente de Amigos de la Tierra Internacional, considera que "un fracaso en Durban es un crimen contra la humanidad y el triunfo de la industria y las grandes corporaciones por encima de las personas. La poca ambición de los países ricos es la sentencia de muerte para África".

Igual que en Sudáfrica la gente, las comunidades acabaron con el apartheid, son las personas las que pueden movilizarse y organizarse para transformar el mundo y anteponer los intereses de la gente a los económicos. En Durban los delegados ya están sintiendo la presión de las voces de la sociedad civil que reclaman justicia climática dentro y fuera de la cumbre.

Fuente: ECOTICIAS 28/11/2011